BIOGRAFÍA DE ANTONIO CASTRO VILLACAÑAS
Nació en Alcalá de Henares en el año 1925. Su padre era maestro nacional. Estudió primaria, bachillerato y la carrera de Derecho en centros públicos de Madrid. Amplió estudios en la Escuela Nacional de Ciencias Políticas de París. Fue profesor de Derecho Administrativo en la Universidad Complutense.
Intervino activamente en política desde 1942 hasta 1977. Fue militante y mando nacional del Frente de Juventudes y del SEU hasta 1956. Pasó entonces voluntariamente a un segundo plano, en el que permaneció hasta 1968 simultaneando sus clases en la Universidad y en la Academia de Mandos ‘José Antonio’ con el ejercicio de la abogacía privada y la fundación y dirección de las clandestinas JONS y de la semipública Agrupación nacional de Antiguos Miembros del Frente de Juventudes.
Desde 1968, fue mando nacional de la Organización Sindical, como jefe de Educación y Descanso y presidente del Sindicato Nacional de Información y del Movimiento como delegado nacional de Prensa y Radio. Por tal razón, fue procurador en Cortes desde 1969 y consejero nacional desde 1974. Propuesto para senador del Reino en 1977, renunció por lealtad a sus principios.
Ejerció el periodismo político en ‘La Hora’, ‘Juventud’, ‘Arriba’ y ‘Pueblo’, sucesivamente, desde 1945 hasta 1968, con su nombre o con algún seudónimo (Florito, Cañero, Juan de Alcalá, según las secciones y las circunstancias) cuando aquél estaba prohibido. Volvió a ejercerlo en iguales condiciones desde 1977 en ‘El Imparcial’ (como Juan Ruiz) y desde 1981 en ‘El Alcázar’ (como Diego Boscán).
Desde 1977 hasta 1990, año en el que se jubila, ejerció en su condición de funcionario público, como inspector general (jurídico) del Ministerio de Obras Públicas.
A partir de entonces, colabora en diversas publicaciones, prepara sus memorias y vuelve a la poesía, abandonada en sus años juveniles.
MEJOR POESÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, SEGÚN ANTONIO CASTRO VILLACAÑAS
‘ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ’, de Miguel Hernández
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas…
de almendro de nata te requiero:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
(10 de enero de 1936)
LA MEJOR POESÍA DE ANTONIO CASTRO VILLACAÑAS
‘OTOÑO’
En mi viaje ya, más lejos de la tierra
cada vez, mi adiós he comenzado
para estar libre…
El barco avanza y bajo mí yo siento
a cada instante
que la eternidad me quiere.
Mi cuerpo, de vida lleno, se cansa de mi cupero.
¡Basta ya!
Que mi alma entre
en su nueva vida de amor.
Que mi alma entre
en su nueva estrella de luz.
Que mi alma entre
en el nuevo orden de cosas…
(19 de octubre de 2002)
querido Antonio
Me alegra saber de ti y leer tu valiosa poesía
Nosotros vivimos en la playa de Gandia.
Escribo, hablo por las radio y tele locales.
un abrazo
Querido Alberto:
Por diversas circunstancias, no me he enterado hasta ahora de tu amable comentario del pasado enero. ¿Puedes enviarme tu «emilio» o la manera de ponernos en contacto?
Un fuerte abrazo.