La Fundación Botín es una institución familiar creada en 1964 por Marcelino Botín y su mujer Carmen Yllera. En el 2010 tuvo un presupuesto de inversión de 32.728.316,39 de euros, cifra que le sitúa a la cabeza de las Fundaciones privadas españolas.
La Fundación busca impulsar el desarrollo integral de la sociedad en los ámbitos de la cultura, la educación, el desarrollo rural, la acción social y la ciencia. Con respecto a ésta última, desde el 2005 existe el programa de Transferencia Tecnológica, que consiste en el apoyo económico y de gestión a grupos españoles de investigación, con la finalidad de transferir sus conocimientos a la empresa. Han invertido 25 millones de euros desde 2003, sosteniendo a una veintena de equipos de investigación en las áreas de biomedicina, biotecnología y bioingeniería.
La noticia de ahora es que acaban de presentar en Madrid el Programa “Mind the Gap”, un Programa que les costará unos 40 millones de euros y servirá para la creación de 20 empresas tecnológicas durante los próximos 5 años.
El director general de la Fundación, Iñigo Sáenz de Miera, destacó que, por primera vez, una fundación invierte dinero en la creación de empresas como fin social, en vez de recibir dinero de las empresas para realizar acciones sociales.
Ya que los científicos no tienen los medios para llegar a las empresas y que tampoco se invierte demasiado en sus proyectos, la Fundación ha decidido darles salida o tapar ese agujero (que es lo que significa “gap”).
Y no sólo se ocupan de la parte monetaria sino que, además, realizan labores de gestión, coordinación y asesoramiento, con el fin de crear empresas destinadas a convertir las tecnologías en productos o servicios y que, antes de un par de años, se puedan captar inversores que den continuidad al proyecto hasta llevarlos al mercado.
Por lo pronto ya han puesto dos empresas en marcha y parece que la cosa va bastante bien. Por un lado han abierto “Axontherapix”, con la que colabora la Universidad de Sevilla y el Hospital Universitario del Rocío para desarrollar una nueva terapia para tratar el Parkinson; y por otro “Life Length”, en la que tienen como socios fundadores a María Blasco y Matlin Associates, y que es la primera que utiliza la medición de telómeros, cuya longitud se relaciona con enfermedades asociadas al envejecimiento.