
Jaime Francisco Jiménez y María Teresa Arias Bautista
Por Jaime Francisco Jiménez Fernández, Universidad de Sevilla
La narrativa sobre la Gran Guerra (1914-1918) suele adoptar la perspectiva de aquellos que combatieron en el frente: los soldados. Por consecuente, una gran parte de las acciones llevadas a cabo por las mujeres, que también vivieron el horror de la contienda, han sido obviadas con el paso del tiempo. Es por esto que la Primera Guerra Mundial se convierte en un escenario clave para el estudio de una sociedad que ha silenciado la voz de la mujer durante uno de los eventos históricos más importantes de la humanidad. Para contribuir a la visibilidad que estas heroínas se merecen, analizo cómo la Primera Guerra Mundial afectó a la percepción y los comportamientos de género en la Inglaterra de la época, focalizando el estudio en el sexo femenino. Para ello, me centro en la experiencia de distintas mujeres británicas que participaron en dicha contienda, recogida en distintas publicaciones conformado por el siguiente corpus: dos autobiografías, A Diary without Dates (1918) de Enid Bagnold y Testament of Youth (1933) de Vera Brittain, dos colecciones de poemas, Verses of a V.A.D. (1918) de Vera Brittain e In War Times (1918) de M. W. Cannan y dos novelas de ficción, The War Workers (1918) de E. M. Delafield y The Return of the Soldier (1918) de Rebecca West, abarcando de este modo representaciones tanto reales como ficticias de la mujer durante la contienda.
Para entender cómo la Gran Guerra afectó a las mujeres en la Inglaterra de la época, es necesaria la contextualización de estas. La mujer, por aquel entonces, se había convertido en un icono idealizado, conocido como el ángel del hogar, cuya iconografía se toma del poema homónimo de Coventry Patmore, el cual reduce la labor de la mujer en la sociedad a un mero papel ornamental y pasivo. No obstante, la propia guerra propició una revisión de dichos estereotipos, ya que una vez iniciada la contienda, millones de ciudadanos se alistaron voluntariamente para formar parte del ejército, dejando así miles de puestos vacantes. Fue en ese momento cuando las mujeres tuvieron, al fin, una oportunidad para romper con las restricciones impuestas sobre ellas y terminar, de este modo, con la división de las esferas privada y pública.
La experiencia de las mujeres en el presente corpus tiene distintos temas comunes, siendo uno de los de mayor relevancia el trauma de la guerra, puesto que este rompe totalmente con los estereotipos sobre la mujer. Este trauma comprende distintas subdivisiones: el horror del frente, los sentimientos y pérdida de seres queridos y por último, las condiciones deplorables de trabajo.
En el primero de ellos, destacan las enfermeras voluntarias como Vera Brittain o Enid Bagnold, ya que ambas tuvieron que enfrentarse, a pesar de la increíble labor de reconstrucción llevada a cabo por distintas expertas en la materia, a la visión de cientos de cuerpos mutilados, sobre los que las dos proporcionan numerosas y detalladas descripciones, siendo estas incluso grotescas por su increíble explicitud.
En el segundo, encontramos a mujeres como M. W. Cannan, Brittain o incluso las dos protagonistas de la novela de ficción de West, Kitty y Jenny, que deben enfrentarse al horror más generalizado de una guerra: el miedo a perder a tus seres queridos o afrontar la muerte de estos. De hecho, Brittain perdió a su prometido, a su hermano y a sus dos mejores amigos, dando pie a pasajes más sentimentales en el transcurso de su autobiografía, al igual que las autoras restantes a la hora de escribir sobre sus seres queridos y sus miedos infundidos por el devenir de la guerra.
Por último, destacan las condiciones deplorables en los distintos puestos de trabajo, aspecto al que la mujer tuvo que hacer frente durante la Gran Guerra. Relatos como los de Brittain o Bagnold se centran en las largas jornadas de trabajo que no sólo ellas, sino todas las enfermeras, desempeñaban. Ambas son críticas con la escasez de material en los hospitales o la falta de higiene, aspecto que tuvo como consecuencia la muerte de una gran cantidad de enfermeras, datos que quedan recogidos en documentos de la propia Cruz Roja. Las condiciones en los almacenes o fábricas de munición eran extremadamente parecidas, siendo Delafield la que denuncia en su obra los peligros y la extenuación de las mujeres que trabajan en estas. A esto es necesario sumar los incesantes ataques enemigos que estas mujeres sufrían en sus distintos puestos de trabajo, desde ataques con gas a bombardeos aéreos, teniendo así incluso que contemplar las trincheras como un sitio adecuado para una posible evacuación, hechos constatados en las obras de Brittain, Bagnold o Delafield.
Por último, mención especial merece la emasculación de los soldados de guerra, ya que supuso una subversión de roles en la sociedad. Los soldados, considerados héroes si regresaban a su hogar, padecían, con gran frecuencia, de estrés postraumático, cuyos síntomas eran similares a los de la histeria, enfermedad que tan sólo se asociaba a la mujer. Como consecuencia, estos hombres presentaban comportamientos asociados a infantes o una gran dependencia de la mujer. La guerra, por lo tanto, no sólo conllevaba enfrentarse a cuerpos mutilados, a la pérdida de seres queridos o a la propia exposición a la muerte, sino la caída de la masculinidad hegemónica, la cual era uno de los pilares de la sociedad.
Es, por todo esto, que puede afirmarse que la experiencia de la mujer en la Gran Guerra es contraria al pensamiento social de la Gran Bretaña de la época. La retórica sentimental asociada a la mujer las ayudó, de hecho, a experimentar la guerra y poder escribir sobre esta de distintas maneras, ya que la sociedad esperaba este discurso elegíaco de ellas. Sin embargo, también muestran su fuerza y perseverancia en un evento bélico, lo cual contrasta con lo esperado por la sociedad. Por lo tanto, la contribución y los testimonios de las mujeres durante la Gran Guerra deben ser valorados de igual modo que los testimonios de soldados, ya que ambas narraciones configuran una imagen total y real de cómo fue la Gran Guerra en Inglaterra y cómo afectó a sus habitantes.
Artículo-resumen de la conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid el 4 de Abril por Jaime Francisco Jimenez de la Universidad de Sevilla. El acto fue presidido por la doctora Doña Maria Teresa Arias Bustamante, historiadora y presidenta de la Agrupación Clara Campoamor.