El nacimiento de este nuevo y peculiar instituto religioso, Iesu Communio (Comunión de Jesús), ha tenido lugar en la Catedral de Burgos y fue presidido por el arzobispo Francisco Gil Hellín. Peculiar porque la nueva congregación está formada por 177 religiosas y la gran mayoría no pasan de los 35 años de edad y son universitarias. En el acto las hermanas vestían un hábito azul realizado en tela vaquera y una pañoleta azul en la cabeza, para simbolizar su ruptura con las clarisas, de las cuales se acaban de separar con cierta polémica, y como un reflejo más de su juventud.
Llevan apenas tres meses de andadura oficial, puesto que Benedicto XVI dio el visto bueno al decreto de la Congregación de la Vida Consagrada en diciembre de 2010.
Las hermanas, al frente de las cuales está sor Verónica Berzosa, de 44 años, se mostraron llenas de gozo y gratitud y, mientras subían al presbiterio durante las letanías de los santos, pedían a éstos su intercepción para que la nueva congregación crezca y se fortalezca. El arzobispo de Burgos, en la misma línea, añadió el deseo de que la congregación “se extienda por todo el mundo”.
En la conferencia Episcopal no escondían estos días la alegría ante esta nueva andadura porque “no hay un fenómeno similar en España en los últimos años”.