Libro: “El otro mundo”
Autor: Gabriel Elorriaga Fernández
Prólogo: Javier Sierra
Editorial: Glyphos
Por Juan José Bellod
De la otra vida a la vida en otros mundos y porqué la vida en este nuestro pequeño mundo insignificante en el universo. Grandes asuntos con presencia permanente en el pensar humano. Gabriel Elorriaga es autor de casi una veintena de libros. El primero, en plena juventud, “La vocación política” reeditado al menos siete veces, abre la ruta de la mayoría de ellos. Pero desde hace unos años ha emprendido una autoría nueva y sugestiva sobre grandes temas. Es el caso de su “Sed de Dios” y ahora el de”El otro mundo” En él se examina a partir de su soledad el destino del hombre en la tierra, “un planeta que es como un grano de arena” se agranda hacia un “universo cuyos límites no conocemos”.
Otra vida es una inquietud que acompaña al hombre desde que tenemos memoria de sus generaciones. El método experimental confirma esa conciencia.
Antes de la ciencia moderna el talento del hombre buscaba situarse en el universo. En su largo camino “la ciencia no busca el para que de nuestra inteligencia…nos permite conocer cada vez mejor la realidad a nuestro alcance” Seguimos con Einstein ir más lejos “quiero saber como Dios creó el mundo” y ni siquiera “sabemos que proporción del universo conocemos ni lo que nos queda por conocer, pero sabemos que el hombre está hecho para saber más”
Elorriaga señala el permanente contacto y confusión entre el conocimiento experimental y la intuición espiritual. Las dos tienen una misma fuente y es el ser humano. Los autores de la torre de Babel creyeron que el cielo era un “destino geográfico”. “La deformación de la ciencia en cientifismo es la persistencia en la ilusión de Babel. Hay también una paraciencia, idolátrica, con una “pretensión ascensional o babélica que provocan confusión.
La intuición espiritual van en sentido opuesto a la ciencia experimental. En ella pueblos y culturas “coinciden en una versión descendente del vínculo entre el más allá y el género humano”. Es el cristianismo el único que da a este planeta un carácter sagrado “humanizando a Dios a través de una encarnación” y “llegó en el momento oportuno como un acto de sabiduría que …vincula lo humano a lo divino como un suceso histórico y no como una revelación visionaria”
Otro mundo ¿por qué sólo la tierra?
Subsiste la pregunta de “porqué y para que este pequeño planeta habitado por insignificantes criaturas tuvo que ser elegido como lugar de paso para culminar un proceso evolutivo de la vida hasta convertirse en una fábrica de espíritus con vocación de trascendencia ¿Es un fenómeno único en el universo? Esta pregunta. Agranda la meditación sobre la otra vida con una dimensión poco habitual como es su porqué en un universo de galaxias.
A la contemplación del hombre sobre otra vida y en otro mundo al hecho de su muerte se sobrepone una consideración del fin del mundo, “del fin de la tierra o el fin de los tiempos. Pero el hombre tiene establecida una relación mental extraterrestre, fuera del tiempo de su sistema planetario, un vínculo con algo temporal y liberador que podría salvarlo de la dependencia de un tiempo y de un Espacio.
Ese “origen de la vida a partir de la materia, hace…miles de millones de años…en un pequeño sistema planetario es un campo de investigación hacia el pasado mucho menos apasionante que lo que sería la imposible investigación de un futuro no experimentado”. En la aparición de la vida humana hay una suerte de “imperativo cósmico” en frase del Premio Nobel Christian Duve. La proyección de otra vida a otro mundo nos aparece “como una etapa en el camino de la armonía universal es una aportación religiosa coincidente con el progreso científico”.
Reflexión madura y vida personal
La grandeza del libro viene de la de sus temas que el autor aborda hacia la comprensión. Y así es provechoso leerlo. Hay un pensamiento vivo que, a veces desvía su curso, pero siempre lleva agua y viene desde un pensar desde la existencia sobre la otra vida y otros mundos
Hay una dimensión muy personal que da especial sentido a estas meditaciones sobre la otra vida y el otro mundo. Sobre la otra vida está el relato del momento en que Elorriaga cuenta como, en una muy grave enfermedad, llamó a un amigo sacerdote católico “y le pedí que me administrase la extremaunción. y como esa unción con el óleo sacramental traía para él una nueva compañía y rompía la soledad” descubriendo “la existencia de un vínculo excepcional de cada uno…una capacidad que ha sido dada el género humano para trascender”
Al tratar del hombre ante otro mundo, que no es el inmediato geográfico sino el del universo,encontramos una meditación, no improvisada, que amplia la referencia habitual al otro mundo por salida del que pisamos y la lleva a la extensión del universo. En un estilo literario elegante y preciso encontramos una reflexión culta y llena de buenas lecturas con nombre importantes, variados y numerosos y de reflexiones personales agudas sobre múltiples puntos.
El autor del prólogo el bien conocido escritor Javier Sierra testimonia que la idea del otro mundo no es nueva en Elorriaga y le acompaña desde años atrás. Sierra nos informa de que ya en 1992 el autor reclamaba al Gobierno socialista la desclasificación rápida de los archivos sobre OVNIS en poder del Ejército del Aire ¿Podía saberse algo sobre otros mundos? El libro, en frase de Sierra es el de “un ávido formulador de preguntas” y su lectura enriquece y arrastra a pensar.