Libro: «El expolio a las clases medias»
Autores: Javier Castro-Villacañas/Luis Suárez
Editorial: Stela Maris, Primer Plano, 212 páginas, Barclona, 2015
Precio: 19,50 Euros
Por Antonio Regalado
El libro de Javier Castro-Villacañas y de Luis Suárez es una crónica negra de cómo se han roto los sueños de las clases medias para dos generaciones. Un texto claro y conciso que deberían leer no sólo los ciudadanos damnificados por la crisis –somos mayoría– sino los alumnos de Bachillerato y universitarios para que entiendan que este hachazo invisible y homicida de la crisis interna y exterior contra el estado del bienestar nos ha devuelto a la cruda realidad: vivimos en la intemperie desde 2007 y nuestro futuro se está escribiendo en el agua. O en el viento.
Parafraseando a Vargas Llosa sobre Perú, el libro se vertebra sobre esta pregunta ¿cuándo se jodió la clase media en España? Y en sus 212 páginas se explica cómo y por qué. Los autores, de forma didáctica, van desgranando el trauma social y humano que se ha generado en nuestro país sobre pilares concretos; los impuestos –la subida de impuestos–; los recortes, el paro, las hipotecas, viviendas, burbuja inmobiliaria; desahucios, estafas, fracaso, mileuristas, deslocalización, déficit, deuda, hipotecas…
Ésta es la historia de una crónica en la que una inmensa minoría de españoles somos protagonistas. Todos hemos sido tocados por las crisis y muchos han quedado hundidos en la pobreza, en la ruina. Los ciudadadanos hemos visto reducidos los ingresos. Por tanto, el estado del bienestar se ha resentido. El riesgo de exclusión es un hecho, hasta el punto de que los indignados del 15M (Podemos, un movimiento revolucionario) han conseguido una presencia notable en el Parlamento. Las desigualdades se han ensanchado entre los sectores sociales; con más de 4 millones de desempleados, muchos de estos de larga duración. No es extraño que casi un 16,1 por ciento encuentre problemas para llegar a final de mes. Más de 1,8 millones de familias no tienen ningún ingreso. Y cuatro de cada diez españoles no poseen capacidad para afrontar gastos imprevistos ni pueden ir de vacaciones.
Del visionario al pragmático
En resumen, en los últimos cuatro años, los españoles somos más pobres mientras nuestros ricos son más ricos. Cierto que Mariano Rajoy ha tomado medidas terribles para el ciudadano de a pie (asalariados, pymes y autónomos) pero gran parte de la culpa la tiene el visionario José Luis Rodriguez Zapatero, el presidente más irresponsable que hemos padecido en democracia. Nos llamó antipatriotas por denunciar la crisis y su pasividad; “Nación es un concepto discutido y discutible”, dijo en el Senado mientras le pedía a Maragall: “Pascual, el Estatuto de Cataluña que salga del Parlament lo aprobaremos en Madrid”. A este hombre le pagamos sueldo y escolta de por vida. Ha dejado una España en la UVI y sin valores y el paisaje después de la batalla es desolador. El PP ha enderezado el rumbo económico –no hemos salido de la crisis como lo demuestra el número de parados– ha gobernado para la prima de riesgo y se ha olvidado que los ciudadanos son sencillamente personas, seres humanos. Ha gobernado sin sensibilidad social. Por ello, acumula seis derrotas consecutivas en las urnas.
La corrupción ha sido un problema esencial que los partidos (PP,PSOE, CiU, PNV) no han querido atajar. Y la corrupción es el elemento más distorsionador para crear empleo, riqueza. El enemigo público número uno de futuro. Cierto que la recesión comenzó siendo externa (las subprimes en USA) pero en un mundo globalizado a nosotros nos castigó más fuerte porque la corrupción todo lo contaminó en los sectores público y privado. La familia Puyol al competo, Bárcenas, Gürtel, Matas, Eres andaluces, (“Mi hijo tié dinero p’a asar una vaca”) es la frase que define a toda una época: la del despilfarro. Hispanizar la vida, gastar más de lo que se ingresa. En suma, como hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, ahora estamos pagando las letras en blanco de las obras faraónicas sin medida ni control.
Esta desmesura colectiva es la que nos está condicionando el presente y ha dejado sin futuro a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. La crisis financiera foránea se ha convertido en España en una crisis estructural, económica y social.
Seis ataques directos
Como bien escriben los autores “la realidad es más fuerte que los sueños”. Y comenzó una destrucción de empleo y una caída sin precedentes de afiliaciones a la Seguridad Social. La consecuencia es simple; menos ingresos familiares, menos ingresos del Estado, más gasto en desempleo y menos consumo familiar. Todos nos apretamos el cinturón pero no por igual. Y aunque la crisis la denominó ZP “desaceleración”, el Ibex 35 y el Euribor (5%) dan buena cuenta de que nos estaban engañando desde Moncloa. El 1 de octubre de 2008 la Bolsa de Madrid sufrió su viernes más negro. Bajó el 9,14 por ciento.
Aprovechando esta incertidumbre, las empresas grandes, medianas y las multinacionales y los bancos “ajustaron” sus plantillas en aras a la productividad y a la cuenta de resultados; los paganini fuimos los trabajadores. Y la burbuja inmobiliaria estalló en el corazón de la sociedad de consumo que reventó por el eslabón mas débil: la austeridad obligada y la falta de solidaridad.
Javier Castro y Luis Suárez enumeran seis ataques directos a las clases medias. Los recordamos: la desigualdad entre clases medias y la casta política (privilegios); los abusos de la banca poniendo en el mercado productos tóxicos como las preferentes, el redondeo, la cláusula suelo o la deuda subordinada; Hacienda presiona fiscalmente como herramienta de expolio al contribuyente y se incrementa el precios de productos y servicios. El ahorro se esfuma, la tensión social crece. Y la desesperanza se multiplica exponencialmente.
Las clases medias gozan de un nivel económico intermedio entre las clases altas y las clases bajas o desfavorecidas. Los autores recuperan la historia de esa fuerza humana que moviliza a las sociedades modernas y permite el progreso colectivo desde la Grecia de Aristóteles hasta los populismos del siglo XXI pasando por el marxismo. Y concluyen en que la agonía de las clases medias en España es un hecho constatado que crea inestabilidad social y política.
El ejemplo de que los indignados del 15M –que tomaron la Puerta de Sol en Madrid durante cuatro meses– sean la tercera fuerza en el Parlamento de la Nación (69 diputados) tras las elecciones generales del 20D, confirma que la clase media está desestructurada en nuestro país. Ocho años de crisis económica, social y moral se han llevado por delante a un tercio de nuestra clase media, deducen los autores de ‘El expolio a las clases medias’, lo cual avalan con estudios e informes rigurosos. Y lo cualifican de este modo: el 1 por ciento es clase alta; el 70 por ciento (trabajadores, clase baja) y un 29 por ciento, clase media. Hoy, al inicio del año 2016, los trabajadores (y parados) suben hasta el 80 por ciento mientras la clase media desciende hasta el 20 por ciento. Todo un tsunami social.
El antídoto
Pero este libro no se limita a denunciar los hechos o a transcribir la realidad que cuenta la prensa escrita. No, este texto aporta soluciones razonables –antídotos- para recuperar otra vez ese tejido social como es la clase media nacional con medidas concretas: modificación de los sistemas tributarios, recaudación que revierta en los ciudadanos, lucha contra el fraude, eliminación de los paraísos fiscales, no ceder a los grupos de presión, menos austeridad en gastos sociales y más justicia social y, por último, fortaleza de la calidad democrática. Sin duda, la regeneración, ha sido la gran asignatura pendiente de la Transición. Y lo estamos pagando muy caro: fracaso escolar, escasa formación profesional y salida masiva al exterior de universitarios e investigadores.
Sin ataduras
El expolio narra las aventuras y desventuras de nuestra vida desde 2008 hasta nuestros días. Si los políticos que nos han gobernado en este tiempo son tratados de forma descarnada, la banca y las instituciones que nos gobiernan también salen malparadas. La libertad con que este libro está escrito confirma que estamos ante dos liberales que creen más en la sociedad civil que en el Estado, en ese estado que crece y crece con funcionarios y políticos a dedo que hacen más inviable el anterior Estado del Bienestar.
Castro-Suárez, dos centrocampistas de la politica y la economía, sostienen que en esta sociedad de mileuristas hay que decir adiós a las vacaciones, a cambiar de coche, a reducir la deuda, a ahorrar para casos de emergencia, a tener un plan de pensiones (por supuesto, se cuestiona la viabilidad de las pensiones públicas si no se modifican los parámetros de incluir toda la vida laboral y jubilaciones más allá de los 70) y, sin duda, su conclusión más dramática no sea que prácticamente las próximas generaciones no vayan a heredar, sino que el sueño más inalcanzable será quizás, el de tener un trabajo estable.
Javier Castro-Villacaños y Luis Suárez aportan 15 estadísticas para certificar que las clases medias están siendo arrasadas en nuestro país. “El expolio” es un tratado en profundidad sobre el inmenso daño que unos cuántos políticos, economistas y banqueros especuladores han hecho a una gran mayoría de ciudadanos con la ventaja de que se han ido de rositas porque se han creído inmunes e impunes. Y algunos, como los “catalibanes” de CiU, ERC y la CUP, van más allá, al dar un golpe de Estado (gratis total) y se apresaran a romper España.
Lean el libro y regálenlo. Por menos de 20 euros aprenderán que la libertad, la democracia, la economía de mercado, la propiedad privada y la dignidad están en peligro de extinción. Y que son valores que hay defender cada amanecer.
Aunque estos abogados, profesores y analistas políticos y económicos son pesimistas en cuanto a la resurrección de las clases medias, en este tiempo de incertidumbres, hay que seguir luchando para que no se cumplan sus pronósticos. Es verdad que nuestro futuro está escrito en el agua; o en el viento, como nos enseñó Bob Dylan. Hay que seguir mirando adelante. Porque mientras se lucha –bien lo saben ustedes– no se fracasa.