La prevención y las opciones para el diagnóstico precoz del deterioro cognitivo leve, así como el tratamiento temprano como una venta de oportunidad son cuestiones muy importantes en esta patología que se abordaron en una jornada celebrada en el salón de actos del periódico CANARIAS7.
Fueron el jefe de Servicio de Neurología del Hospital Universitario Doctor Negrín, Ayoze González Hernández, y el jefe de Servicio de Geriatría del Hospital Perpetuo Socorro, René de Lamar del Risco, quienes abordaron en el encuentro los avances médicos y los hábitos a seguir.
«Lo que es verdaderamente importante es que ese diagnóstico de deterioro cognitivo leve se incrementa con la edad, de manera que por debajo de los 60 a 64 años es poco habitual, con un 7%, pero por encima de los 80 años la prestancia es de un 25%», explicó Ayoze González.
La cuestión es que las personas que entran en ese concepto tienen mayor riesgo de profesión a demencia, según el jefe de Servicio de Neurología del Hospital Universitario Doctor Negrín. El diagnóstico precoz es relevante porque permite adelantarse en los tratamientos, ya que, al cabo de 48 meses, la persona con deterioro cognitivo leve puede haber desarrollado una demencia, con una proporción de desarrollo del Alzheimer que ronda el 40-50%.
«Nos podemos adelantar hasta 4 años», recalcó el doctor Ayote González. Este experto explicó que las medidas preventivas son la actividad física y el abandono de hábitos tóxicos. Además, se deben controlar factores de riesgo clásicos, como la hipertensión o la diabetes. A ello, añadió como elementos claves evitar el aislamiento social y promover un envejecimiento más sano.

Hasta un 40% de las demencias son prevenibles
¿Cómo detectar de manera temprana el deterioro cognitivo leve para poder frenarlo? «Tengo formas de adelantarme al diagnóstico antes de que aparezcan los síntomas y las manifestaciones clínicas», señaló este experto. En este sentido, explicó la existencia de diferentes pautas, frutos de año de investigación, con los biomarcadores como elementos que permiten un diagnóstico de precisión basado en factores patogénicos. «Podemos anticiparnos», insistió.
Y advirtió que la prevalencia de la demencia puede triplicarse en los próximos 30 años. A su juicio, hasta un 40% de las demencias son prevenibles o se pueden retrasar, por lo que la intervención debe iniciarse precozmente para ralentizar la progresión de fenómenos patogénicos.
Por su parte, el doctor René de Lamar apostó por sensibilizar primero a los profesionales sanitarios y en paralelo a toda la sociedad. «Hay que añadir vida a los años que se viven. Tenemos que procurar que la población no solo cumpla más años, sino que esos años sean el máximo de tiempo posible libres de discapacidad, retrasando el máximo el deterioro a nivel mental y físico, manteniendo el equilibrio con el entorno», dijo. En ello implicó a la familia y la economía, por el gasto que supone.
En este sentido, incidió en que no hay que esperar a ser mayor para cuidarse. Cifró en un 25% la genética y un 75% el ambioma –ambiente, estilo de vida y las formas en las que tomamos medidas de vida saludable– como culpables de las posibilidades de sufrir demencia. Y en relación a la prevención del deterioro cognitivo, afirmó: «No podemos cerrar los ojos y que, cuando la persona venga a la consulta, esté ya totalmente demasiada y no seamos conscientes de lo importantísima que es la prevención».
El doctor René de Lamar también se centró en el entrelazamiento de patologías heterogéneas, de manera que cuando se mezclan los síntomas afectivos, los cognitivos y los somáticos, se disparan los riesgos para el paciente. «El envejecimiento nos predispone a pérdidas de familiares, de amigos, de seres queridos ye so nos predispone a padecimientos emocionales, y lo vemos en el día a día de la consulta», apuntó.
Y apuntó que si no se toman medidas preventivas, habrá «un verdadero tsunami», con un paciente con demencia por familia de media. A su juicio, se necesitan más recursos, pero se precisa también esa implicación social para apostar por la prevención y los diagnósticos precoces. «Lo cognitivo influye en lo social, lo social en lo emocional, lo emocional en lo biológico, lo biológico en lo funcional y lo funcional en lo social», concluyó el doctor.