Hasta 220.000 millones de euros es el valor de los contratos por realizar obras públicas que en los últimos cinco años han conseguido las grandes compañías constructoras en el extranjero. Es el equivalente al 21 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Sólo este año que va a concluir, el volumen de contratación en el extranjero puede llegar a la cifra récord de 50.000 millones.
El pasado martes fue la propia ministra de Fomento, Ana Pastor, la que destacó el éxito de los grandes grupos constructores fuera de las fronteras españolas, ya que en los diez primeros meses de 2015 los contratos por las obras llegaban a los 42.000 euros.
Las más llamativas, con un volumen de 13.000 millones de euros, son las construcciones de una línea de alta velocidad entre La Meca y Medina, obra encargada a un consorcio con presencia de Renfe, Adif y Talgo, entre otros; y tres líneas de metro de Riad, al frente de cuyo consorcio constructor está FCC.
Pero estas compañías españolas también triunfan en México, Panamá, Colombia, Estados Unidos y Australia, por ejemplo, principalmente gracias a contratos para la construcción de carreteras.