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Tag Archive | "sociedad civil"

EPISODIOS PERSONALES: UN DÍA DE TU VIDA

Por Carlos Pecker Pérez de Lama

Trabajaba como corresponsal en Madrid para la cadena de televisión mexicana TV Azteca, cuando me llamaron para cubrir una hambruna devastadora en Etiopía en 2001, acompañada de una sequía letal. 

Iba con mi cámara Betacam, que pesaba más de 10 kilos, y con todo mi equipo de televisión. Llegué a Adís Abeba, la capital, donde me esperaba un 4×4 gubernamental con dos agentes. El gobierno no me permite ir alegremente por cualquier sitio sin estar controlado. 

Recorremos el país con el Toyota hasta que nos paran dos etíopes alargados y extremadamente delgados con dos Kalasnikov AK-47 que agarran temblorosamente apuntándonos a la cabeza. Me pongo a grabar con la cámara abajo mientras veo un tejemaneje extraño entre ellos. El caso es que se retiran y seguimos por nuestra trocha de tierra mientras va apretando el calor inhumano que empapa mi camisa de sudor.

Detrás de una colina aparece un mar de plásticos de colores cimbreados por el viento, son las chabolas de miles de familias etíopes que viven en la miseria. 

Coloco el trípode y hago unas panorámicas del poblado, que se encuentra cercado por una valla de alambre, antes de acercarnos a la puerta que custodian varios militares y paramilitares. 

Al cruzar la puerta no me quito la cámara del hombro, aquello parece una película de zombis. Están demacrados, sin hacer nada, tan solo esperan la ayuda internacional que les quede para poder echarse algo a la boca, y eso es lo que pretenden que transmita con mis imágenes.

No me dejan internarme mucho y me llevan a donde ellos quieren. Las familias me miran con ojos tristes, hambrientos, sin fuerza, pero cuando meto el zoom del objetivo también veo al fondo cabañas con niños que no están tan mal, que juegan y sus cuerpos no están consumidos por la falta de alimentos. Pero rápidamente una mano tapa mi lente para que saque solo lo que ellos necesitan.

Después de un largo trayecto por esta visión de un mundo injusto y cruel, llego a una zona donde están varias familias en un estado todavía más deplorable. Veo un ligero movimiento cuando estoy llegando y descubro piedras ennegrecidas que aun humean por haber cocinado algo sobre ellas, pero ya no hay nada.

Mis `controladores´ me hacen gestos porque ahora sí que quieren que grabe. Nos dirigimos a una chabola hecha con cuatro palos retorcidos de los pocos árboles que rodean el campamento, recubierta con trozos de plástico, en su mayoría blancos y azules, de donde sale un olor hediondo.

Pulso el botón del `rec´ y hago un plano secuencia. De una panorámica de derecha a izquierda en plano general del campamento me voy acercando a ese lugar tétrico que quieren que muestre en las televisiones. Sin cortar, y respirando por la boca, encuadro a una mujer famélica, sin apenas pecho, con un niño de apenas 2 años que intenta succionar como puede la leche que apenas brota de su tambaleante madre. Tiene la cabeza grande, el cuerpo enclenque y las extremidades tan finas que parece una marioneta. Termino el plano acercándome a sus ojos grandes, muy negros, que me miran fijamente mientras se abre su boca seca.

Si es cierto que todo el campamento está en un estado lamentable, también lo es que siento que me han llevado a un lugar determinado donde quieren que saque a los que peor están. Me siento manipulado y censurado, porque me doy perfectamente cuenta de que me están utilizando para que esas imágenes se difundan por los países ricos para que aporten más ayuda a esta gente. 

¿Y tú qué harías?, ¿te dejarías manipular y emitir solo lo que ellos quieren o no grabarías nada porque lo consideras injusto?

 Yo sigo grabando todo lo que puedo y lo que me dejan, niños y niños sin esperanza, a punto de desplomarse en esta tierra reseca. Pero lo peor fue ver a una madre desesperada que alza su minúsculo brazo con la mano semiabierta para pedirme ayuda. Tiene la cabeza cubierta con un paño morado con hilos amarillos y en su otro brazo un crío de pocos meses que apenas parpadea. 

Capto el leve grito de la pobre mujer, con una cara que parece una calavera con un poco de piel cubriéndola y paneo hacia abajo para descubrir al niño que mueve mínimamente la cabeza de lado a lado. Ya no tiene fuerzas ni para chupar del seno casi aplastado, inerte y seco. Me mira con una sensación espantosa, cómo preguntándome “¿Pero para qué he nacido?”. 

No son más de dos minutos. La madre baja la mirada conociendo el destino. Los ojos de la criatura se empiezan a cerrar mientras decenas de moscas acuden a absorber el escaso líquido que sobresale de ellos.

Deja de mover el cuello y cae desplomado en unos brazos que apenas le aguantan. Se queda mirando hacia el cielo buscando respuestas, con las manos inertes y un leve movimiento en sus dedos que marcan el final. Su boca se queda abierta y su madre espanta las moscas que buscan dentro algo de saliva. En pocos meses, y sin dejar de sufrir, el pequeño ha dejado de existir.

Esto es lo que buscaban mis acompañantes. Me levantan, me hacen el gesto de `Ok´ y me sonríen, pero mi objetivo sigue enfocando a los dos seres hundidos. Ya no me piden ayuda, ha fallecido, pero esa imagen puede salvar otras vidas. 

Sabía que iba a morir y no he dejado de grabar hasta su último aliento. Al final supongo que servirá para conseguir más alimentos y dinero, ¿pero quién me quita a mi esa visión del bebé muriéndose mientras me miraba a los ojos haciéndome preguntas sin respuesta?

Este es un día de mi vida, el cual me gustaría olvidar para siempre, pero me temo que es imposible. 

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¿EXISTE SOCIEDAD CIVIL EN ESPAÑA?

Por Gabriel Elorriaga Fernández

Libro: “EXISTE SOCIEDAD CIVIL EN ESPAÑA”

Responsabilidades colectivas y valores públicos

Joan Subirats (editor)

Estudios de la Fundación “Encuentro”

Madrid 1999

A finales del siglo XX un grupo de economistas y sociólogos coordinados por Joan Subirats publicaron un trabajo colectivo bajo el título de “¿Existe sociedad civil en España?” con el subtítulo “Responsabilidades colectivas y valores públicos”. Aquel trabajo, patrocinado por la Fundación Encuentro, sigue vigente en su duda por cuanto el declive de la cultura cívica se sigue notando en los sectores llamados a ejercer una influencia insustituible en los centros nucleares de la convivencia colectiva. La presencia necesaria de la sociedad civil es el complemento de los sistemas electorales representativos y la cantera de los partidos políticos en los niveles de participación libre de las comunidades democráticas. Una sociedad libre no es una sociedad exclusivamente estatalizada sino aquella donde convergen impulsos espontáneos de participación voluntaria en las instituciones políticas propiamente dichas.

Se habla mucho de sociedad civil sin precisar si es una referencia a todo lo que se supone que existe fuera del sistema político-administrativo o si se trata de una realidad colectiva capaz de modular o condicionar a dicho sistema. Lo que no cabe dudar es que existe una base previa a la política que no está construida en el vacío, sino que emana de una realidad colectiva preexistente. La cuestión es si dicha sociedad civil es asumida por el sistema político o coexiste a su lado con una capacidad operativa propia paralela a las estructuras de la comunidad organizada políticamente. Puede que, a su modo, la sociedad civil coexista con los sistemas políticos liberales y sea anulada en los sistemas políticos totalitarios. En este sentido la autonomía de la sociedad civil es un síntoma de libertad y su capacidad de influencia califica una concepción democrática del Estado como un centro de concurrencia de factores colectivos o como una máquina opresora que anula toda capacidad de agrupación espontánea de voluntades o de intereses que no hayan sido programados reglamentariamente.

En el caso de nuestro sistema constitucional vigente se da la circunstancia singular de haberse diseñado a través de una transición desde un largo periodo de Estado autoritario hacia un sistema democrático reforzado con el impulso de lo nuevo y deseado. El Estado autoritario rechazaba la participación a través del pluralismo de los partidos políticos. Esta ausencia se trató de contrapesar con la utilización directa de los recursos de la sociedad civil a través de entidades de apariencia extra-política, como la familia, los colegios profesionales, los poderes fácticos de la economía o de un sindicalismo corporativo inspirado en el objetivo de la unidad sindical, etcétera etcétera. Al abrirse paso la libertad de asociaciones políticas de carácter ideológico, aquellas entidades utilizadas como referencias sustitutivas de la política se sintieron desplazadas de su protagonismo, más ficticio que real, en la misma medida que los partidos políticos de nueva creación o reaparecidos, desarrollaron sus recuperadas funciones con todo el protagonismo de la novedad y como símbolo de libertades recobradas. Esta realidad psicológica explica que en el ambiente de la nueva democracia los partidos políticos monopolizasen excesivamente la presencia pública y  la sociedad civil no militante se replegara de tal forma que se llegase a dudar de su existencia.

El repliegue instintivo de las agrupaciones típicas de la sociedad civil originó zonas de vacío entre las formaciones partidistas y las multitudes amorfas provocando, entre otros efectos, que los cuadros directivos de los partidos tendiesen a autoabastecerse de sus propios equipos funcionariales sin valorar otros méritos que los servicios a sus burocracias internas. Un sistema de reclutamiento de personal autónomo que manifiesta sus defectos en la dificultad para hacerse entender y apreciar socialmente por carecer de cualquier otra experiencia que la de hacerse gratos a sus superiores. Pero la realidad social es más compleja que el aparato interno de un partido político y la función representativa que se asigna a dichos partidos necesita estar conectada con esa compleja trama de factores profesionales, económicos y culturales que influyen en la formación de la opinión pública. Por ello es peligroso que se pueda dudar de la presencia de sociedad civil en España porque la simple duda significa que la privacidad está deficientemente conectada con la vida oficial o postergada por una falta de comunicación.

Esa falta de comunicación repercute en la composición de los partidos que pierden su estructura piramidal que integra entidades orgánicas intermedias, federaciones y sectores de opinión influyentes y convergentes y adquieren el formato de formaciones populistas en que no existen otros puntos de referencia que la voluntad del líder y los militantes rasos. Así vemos partidos de diseño, de bases inestables, congregados coyunturalmente en torno a un líder y una etiqueta, promocionados publicitariamente como artículos de consumo. Esta tendencia se detecta entre nosotros no solo en las formaciones de reciente creación, como Ciudadanos o Podemos, sino en la pérdida de ingredientes plurales convergentes en el cuerpo social de partidos clásicos como el PSOE o el PP.

Esta incomunicación propicia una llamada “clase política” que ni es una selección elitista de la sociedad ni una representación de sus núcleos mayoritarios sino producto de una dedicación excluyente a la organización burocrática de los partidos. Esta mal llamada “clase” se transforma en una especialización laboral que controla, desde el interior de los aparatos partidarios, un sistema de promoción como premio a los servicios prestados al aparato del partido sin valorar la capacidad de los titulares de las instituciones representativas para hacerse estimar por la realidad social circundante. Esta especialización laboral produce una tendencia endogámica que configura equipos partidistas con escasa sensibilidad para las preocupaciones socio-económicas de las grandes clases medias urbanas de los núcleos industrializados y sus inquietudes culturales, para las reivindicaciones de los trabajadores acomodados o descolocados y para las aspiraciones locales de las poblaciones menores o zonas rurales enraizadas en el concepto tradicional de municipalismo. Esta falta de comunicación provoca una escasa participación voluntaria de la sociedad independiente en la vida política que se canaliza raquíticamente desde las secciones juveniles de los partidos por medio de una dedicación absorbente que aleja a los aprendices de político de la sociedad real desde sus años de iniciación profesional. La sociedad civil tiende a inhibirse de sus responsabilidades sociales en cuanto se ve sustituida por círculos políticos cerrados y bloqueados. Esta inhibición instintiva explica una degradación palpable de la “clase política”, cada día más falta de relevancia personal y necesitada de una maraña de asesorías para desempeñar las funciones que le corresponden sin brillantez ni capacidad de discurso, concentrándose gregariamente en torno a un liderazgo único que prolonga su mandato por dificultades de sustitución originadas por la mediocridad de unos equipos sin proyección social ni cultural.

El prestigio de los sectores públicos es consecuencia de la repercusión de su imagen en el ámbito de la sociedad civil y gracias a su proyección extrapartidaria capaz de repercutir en las grandes mayorías de votantes no militantes. El atractivo electoral de los políticos necesita de un ambiente abierto y amplio con capacidad de diálogo con las entidades intermedias entre los individuos votantes y el Estado que mantengan el equilibrio entre instituciones y agrupaciones sociales. En España presenciamos la ausencia de una presunta sociedad civil precisamente en aquellas regiones que, por su precoz industrialización, disponían de destacados cuadros empresariales, sindicales y culturales influyentes en su política territorial y en la proyección nacional de sus intereses, como era el caso de Cataluña y el País Vasco. La lamentable depreciación de su “clase política” es tan evidente que a ningún observador se le escapa la imagen degradada por la irresponsabilidad e irrelevancia de sus actuales representantes públicos. Es posible que haya que repartir las culpas en ambas direcciones. Tanto en la cerrazón de los equipos políticos como en la deserción del voluntariado civil y que ambos defectos han contribuido al espectáculo de incompetencia e insolidaridad que contemplamos como resultado de un bajo nivel de influencia ilustrada y responsable en la gestión de los asuntos públicos.

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ENCUENTRO ENTRE ESCRITORES

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Por María Jesús Díaz

El pasado 31 de Octubre se celebró un almuerzo en la sede de la revista digital sociedadcivil al que acudieron como comensales cinco prestigiosos escritores, y ejerciendo de moderador Ernesto Pérez de Lama, su presidente. Los nombres de los escritores son:

Gabriel Elorriaga Fernández

Antonio Aradillas

José Manuel González Torga

José Luis Martín Sánchez

Javier Castro Villacañas

Un cocido madrileño riquísimo, regado con un buen vino, fue la antesala de una sobremesa muy interesante, donde tuvo cabida la encendida tertulia política y la rabiosa actualidad, conversaciones habituales en cualquier foro donde se encuentren dos o más personas, por ser éstos asuntos que preocupan hoy en día al común de los españoles. Estos temas salen sin preguntar….

Pero los escritores traían bajo el brazo la respuesta a dos simples preguntas:

1.- ¿Cuál es el último libro que ha escrito?

2.- ¿Qué libro tiene en mente escribir en el futuro?

 

En primer lugar intervino Gabriel Elorriaga Fernández (1930). Abogado, periodista y político español, que fue una de las siete personas encarceladas con motivo de las revueltas estudiantiles de 1956. Fue jefe del gabinete técnico del Ministro de Información y Turismo de 1962 a 1969, gobernador civil de Santa Cruz de Tenerife (1969-1971), elegido diputado por Castellón en 1982 y reelegido en 1986, 1989 y 1993. Posteriormente fue senador en 1996, 2000 y 2004. Es autor de numerosos libros, pero para ser fiel a las dos preguntas de rigor, Elorriaga nos habló de su último libro, “Canalejas o liberalismo social” y nos anunció la próxima edición de un nuevo libro, “Manuel Fraga Iribarne o el eje de la transición”, su labor en la redacción de la Constitución Española, la importancia de su figura en relación con el equilibrio del centro y la derecha de su época. Todo ello como visión de conjunto de la vida y de la posteridad; la trasposición del espíritu de la Constitución de Cádiz como consecuencia de la Constitución del 78.

 

El siguiente en intervenir fue Antonio Aradillas, infatigable autor de 85 libros, de 86 años de edad, Licenciado en Teología, formado en el Seminario de Badajoz y en las universidades Pontificias de Salamanca y Comillas. También es periodista, formado en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. Trabajó como periodista-informador religioso en “Arriba”, “Pueblo” y “El Imparcial”, entre muchos otros periódicos y revistas. Le recordarán por firmar sus colaboraciones bajo el seudónimo de “Erasmo”. Actualmente es bloguero de “Religión Digital”, en Periodista Digital, donde colabora tres veces por semana.

Su último libro publicado se titula “Autobiografía soñada del Papa Francisco”, aunque ese no es el título que tenía previsto originalmente, ya que pensaba llamarlo “Autobiografía del Papa Francisco”, pero el editor se negó a editarlo por considerar que este título podría acarrear problemas, por más que el autor explicó que se trataba de un recurso literario. En este libro, el autor se mete en la piel del Papa Francisco, y trata varios temas, sobre los que se define como si fuera el mismo Papa. Su próximo libro llevará por título “Los obispos no piden perdón”, y recalca que estos temas tan controvertidos los puede abordar porque él tiene la libertad de no vivir de esto (sic), sino de ser periodista. Asuntos que le preocupan especialmente son la presidencia de la Iglesia y que en el organigrama institucional de la Iglesia no haya presencia femenina.

 

El tercer escritor en intervenir es José Manuel González Torga, leonés nacido en 1938, de dilatada experiencia profesional como periodista y como docente, y Presidente de la Asociación de corresponsales de Prensa Iberoamericana. Destacamos el dato biográfico que le hace entrar en nuestra Historia reciente, por ser quien vetó a Adolfo Suárez por orden de Sancho Rof (director general), siendo redactor jefe de los servicios informativos de TVE. El veto propició que la imagen de Suárez no se viera dañada, ya que se trataba de una loa al franquismo que Suárez quería que se leyera el mismo día de la muerte de Franco. Una apología al Generalísimo que al omitirse le benefició, como se vio beneficiado el propio Sancho Rof al ser nombrado ministro por el propio Suárez posteriormente.

Su último libro, “El periodismo en el laberinto”, plantea una serie de cuestiones relativas a la profesión periodística, a los problemas que se plantean al encontrarse en crisis el modelo de negocio. Peligra hasta el nombre (es la periodicidad, no es el periodismo), y esto ha sido superado. La información es cara, se complementa con publicidad, y desde luego no se plantea el dumping. La historia de la profesión periodística se ve reflejada en esta obra, desde que se considera importante colocar los elementos de la actualidad, la distribución del periódico, su difusión, hasta las nuevas formas de supervivencia como es por ejemplo en Francia la iniciativa de creación de eventos, o lo que en España se viene a llamar “club de usuarios” (Intereconomía, por ejemplo). Mención aparte merece el hecho de que en la actualidad los ejecutivos de prensa tienen un problema, y es que son meros gestores, no vienen de la actividad periodística, no entienden la especificidad de la profesión periodística.

En un futuro, el autor tiene en mente la construcción de un libro basado en las entrevistas y perfiles de personajes que ha ido tratando en su dilatada y prestigiosa carrera profesional. Aún no tiene pensado el título.

 

José Luis Martín Sánchez, periodista abulense, que firma sus libros sin el segundo apellido, -así lo convino con Martín Descalzo y Martín Vigil en un viaje en tren a Valladolid- es el siguiente autor en intervenir. Lleva 50 años al servicio del periodismo, en la actualidad dirige un blog con el nombre de»poemasyfabulas». Con anterioridad fue jefe de Prensa de Correos y Telégrafos., Instituto Nacional de Meteorología, etc. Ha sido director de las revistas «Guadiana» y «Bolseco» y redactor jefe del periódico «Pueblo» y de la revista «Sábado gráfico«, entre otras publicaciones.
Su último libro responde al título de «El viento que viene del mar«, cuenta en él las vicisitudes de un soñador, Aigo Dolsa, único personaje de la trama, en busca de la felicidad que alcanza en sus sueños, a los que su imaginación traslada para encontrar aquello que, en su deseo, con pasión busca. Así crea a Manasú, bruja itinerante, vieja partera, que  a su vez encuentra, entre la buganvillas que crecen cerca de los acantilados de Cala es Mort, a Liberto Binimayut, el niño que pronto encontrara motivos suficientes para vivir con la aparición de una sirena a la que llama Xurroi.
En la actualidad tiene en imprenta «Loas, bailes, jácaras y mojigangas» libro de cuentos que viene a ser continuación del recientemente publicado «Danzas, botargas y tarascas«.

 

Javier Castro Villacañas es abogado y periodista. Conferenciante y articulista, fue productor y director de los servicios informativos de CITY FM Radio (2004-2009), director y presentador del programa “punto de encuentro” en COPE Madrid, y “claves de la semana” en Radio Inter. Colabora en los suplementos Crónica y La otra Crónica del diario “El Mundo”, y es co-autor de “Miguel Blesa, el lobo de Caja Madrid”, junto con Luis Suárez.

Precisamente esta obra es la que presenta en la tertulia como la última obra escrita por él, y la califica como periodismo de investigación. El autor la define como una muestra de la depredación de la casta política española, que ha llevado a que una institución con más de trescientos años de historia (Caja de Ahorros de Madrid), sin ánimo de lucro, con un fin social, en cuyo acta fundacional se puede leer que no se pueden repartir beneficios, se ha convertido en un instrumento de poder al servicio de organizaciones sindicales, empresariales y partidos políticos, con una gestión nefasta trufada de negocios ruinosos que llevaron a que el FROB se viera obligado a destinar, de los veintidós mil millones de euros que costó el rescate al conjunto de la banca, nueve mil millones de euros al rescate de Caja Madrid.

El próximo libro que el autor tiene en mente escribir será “La España republicana” (personalmente el autor echa de menos una derecha republicana), aunque muy probablemente trate antes el turbio asunto de la corrupción en los sindicatos (EREs, caso de Asturias…) y llevará por título “la casta sindical”.

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‘SOCIEDAD CIVIL’ Y LA CLÍNICA CARDONA COLABORARÁN EN LA DIFUSIÓN DE LA FISIOTERAPIA

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La Clínica de Fisioterapia Cardona, situada en Las Palmas de Gran Canaria, y la revista ‘Sociedad Civil’ (sociedadcivil.eu) van a colaborar periódicamente en la difusión de artículos sobre fisioterapia y sus diferentes aplicaciones, tanto de carácter preventivo como para el tratamiento de diferentes lesiones o patologías.

El primer fruto de esta sinergia se centra en definir la fisioterapia como el conjunto de métodos, actuaciones y técnicas que mediante la aplicación de medios físicos y con el apoyo de otras ciencias previenen, curan y adaptan a personas afectadas de discapacidades o disfunciones somáticas, psicosomáticas y orgánicas o a las que desea mantener en un nivel adecuado de salud.

Dentro de esta rama de tratamiento, se pueden distinguir diferentes tipos según el tejido y la causa que provocó la sintomatología. Así, la fisioterapia traumatológica abarca todo tipo de lesiones de carácter agudo del aparato locomotor (fracturas, esguinces, contusiones, etcétera…).

La fisioterapia reumatológica contiene todo tipo de lesiones de carácter crónico (superior a los seis meses de duración), tales como artrosis, osteoporosis, hernias, etcétera; patologías que suelen tener un origen mecánico de base (lumbalgia, dorsalgia, cervicalgia).

La fisioterapia ortopédica es cualquier deformidad ósea que interviene en la biomecánica fisiológica del cuerpo humano (escoliosis, pie cavo, pie zambo).

La fisioterapia neurológica es la rama de la fisioterapia que, según el origen de la lesión, se puede diferenciar en:

  • La fisioterapia neurológica de origen del sistema nervioso central como herniplejias, esclerosis, ataxias, etcétera.
  • La fisioterapia neurológica de origen del sistema nervioso periférico correspondiente a lesiones de los nervios radiculares como, por ejemplo, comprensión del nervio mediano por estrechamiento del túnel carpiano, ciática, etcétera.

La fisioterapia respiratoria está indicada para mejorar la mecánica respiratoria tanto si el origen de esta dificultad respiratoria es a nivel restrictivo como obstructivo (asma, bronquitis, atelectasias, neumonías, etcétera…).

La fisioterapia linfática y cardiaca es aconsejable para la regularización del sistema circulatorio y linfático tanto para las causas externas como internas que dificulten el normal funcionamiento de este recorrido. Como ejemplos de grado linfático están los edemas, las contusiones, la elefantiasis, y de grado circulatorio, la rehabilitación cardiaca, los trombos y las varices.

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‘MARIANO GAMO, TESTIGO DE UN TIEMPO. ENTRE CRISTIANISMO Y MARXISMO Y VICEVERSA’

«La sociedad actual está muy perdida, desnortada, no tiene un horizonte claro». Quien hace esa afirmación es el padre Mariano Gamo, sacerdote que pasó del Frente de Juventudes de Madrid a la militancia marxista, a pagar sus cuotas en IU y CCOO e, incluso, a estar en prisión, por lo que conoce bien qué es la izquierda y la derecha política, sabiduría que le lleva a lamentar el «panorama desesperanzado» en el que –a su juicio– se encuentra España y a criticar la falta de actuación de los políticos para sacar adelante el país y de los ciudadanos para plantear alternativas.

«Quienes podrían ser una alternativa al capitalismo, la izquierda, son un hazmereír. Los clásicos del marxismo se reirían», afirma Gamo en una entrevista a Sociedad Civil con motivo de la publicación de un libro sobre su vida, Mariano Gamo, testigo de un tiempo. Entre cristianismo y marxismo y viceversa (Endymión Ensayo). A su juicio, las entidades que organizan movilizaciones en la calle para protestar contra las políticas del Gobierno, como el Sindicato de Estudiantes (SE) y la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA), añoran la revolución de octubre de la Rusia Soviética.

Incluso cree que los jóvenes están perdidos: «La juventud está peor porque no tiene memoria histórica. Va a ser una generación perdida porque está levitando sobre su historia». Ni siquiera cree en el movimiento de los indignados, a quienes considera un «elemento minoritario infiltrado de grupos radicales que van a hacer su agosto, un fenómeno que está en la superficie de la sociedad juvenil», puesto que, según Gamo, «no basta con decir que no, sino que hay que lanzar propuestas»

Para este cura hijo de un labrador, nacido en Tamajón (Guadalajara) el 2 de febrero de 1931, la izquierda no plantea alternativa alguna y el PSOE y el PP están «a ver guién gestiona mejor», mientras que «el Gobierno está escribiendo al dictado de Europa, donde los españoles quisimos entrar, en la Europa del sistema capitalista, la única que existe actualmente, no la de la URSS». «El Gobierno es el gestor de ese horizonte político. Para esta Europa es para la que habría que haber preparado las alforjas», sentencia.

Y el propio Gamo, que entró al Seminario de Madrid a los diez años de edad, donde estudió cinco cursos de latín y humanidades, tres de filosofía y cuatro de teología durante sus doce años allí, se atreve con una propuesta: «Los trabajadores no tienen más capital que el monto de sus horas de trabajo. ¿Por qué no trabajamos menos hora para que trabajemos todos?». Pero adelanta que nadie lo plantea porque «ya no existe la solidaridad de clase».

Esta empatía con la clase obrera le viene de sus años como párroco en el madrileño barrio de Moratalaz. Fue allí donde pegó el «cambiazo» desde el Frente de Juventudes de Madrid, donde –cuenta– no se encontraba a disgusto con esos principios más o menos idealistas, a una «adecuación a las nuevas situaciones sociológicas». Como párroco en Moratalaz se mostró como persona sensible a las distintas situaciones, con una respuesta coherente con sus convicciones religiosas, que antepone al poder civil o eclesiástico.

UN CURA AMIGO DEL PUEBLO OBRERO

Esa amistad con el pueblo obrero, ofreciendo la parroquia a organizaciones clandestinas durante el franquismo, como CCOO, o su práctica pastoral abierta a los feligreses, con homilías como asambleas de los creyentes para abordar sus problemas, le generaron un conflicto con los poderes. «Fue un enfrentamiento no mío, sino una respuesta del poder civil y eclesiástico a mi línea de conducta y a estar abierto a las necesidades de los feligreses«, recuerda Gamo, quien comprende que la Iglesia tuviera una actitud de gratitud con el régimen franquista, pero él entendía que había que actuar conforme al Concilio Vaticano II y los Derechos Humanos.

Incluso, fue encarcelado por todo ello. Sus tres años en la cárcel los vivió «normalmente», incluso –explica el propio Gamo– «con satisfacción, a gusto conmigo mismo» al sentirse «coherente» y contar con la «ventaja» de que a pesar de estar encerrado no desatendía a nadie, al no estar casado ni tener hijos, tan sólo a su madre. «Lo viví con cierta euforia y satisfacción. La cárcel era un objetivo a cumplir», cuenta.

Tras salir de prisión, se reintegró en su parroquia, pero tuvo que vivir situaciones como impartir la homilía con la Policía presente en la iglesia. «No me condicionaba especialmente, aunque a los feligreses sí», recuerda Gamo, quien reconoce que incluso llegaron a hablar de temas en la homilía «en estado críptico», para entenderse sólo él y los feligreses pero no la Policía. «Los asistentes a la misa participaban con riesgo pero con la convicción de pertenecer a una Iglesia distinta a la del nacionalcatolicismo», reconoce.

Así, trabajó en la línea de la creación de un nuevo catecumenado de adultos. Su objetivo era reinterpretar la tradición cristiana y profundizar en las líneas fundamentales del Nuevo Testamento. «Volver a la Iglesia primigenia de Jesús», resume el párroco, apostando por «ver qué escombros hay que quitar y dar respuesta cristiana a los problemas actuales». En este sentido, critica a la cúpula de la Iglesia católica y aboga por una apertura del sínodo de los obispos: «Mantienen una estructura y juegan a que esto dure…».

Incluso se atreve a cuestionar al Papa: «Benedicto XVI es más un teólogo, un amante de la teología sobre los padres de la Iglesia, con una visión más intelectual de la Iglesia que no tiene nada que ver con la práctica de Jesús en el Evangelio». Por ello, lamenta que mientras esa actuación de la cúpula eclesiástica no se derrumbe, no habrá una vuelta al Nuevo Testamento.

¿Y cómo es su relación, entonces, con la Conferencia Episcopal Española? La respuesta es sencilla: «Ellos quieren minimizar al máximo los conflictos interiores», afirma Gamo, quien asegura que el cardenal Antonio María Rouco Varela, presidente de los obispos españoles, sabe «perfectamente» todo lo que él piensa sobre la jerarquía eclesiástica. A su juicio, el problema de que no haya un cambio, una evolución en el sentido en el que él desea, es que «en Madrid no hay una alternativa a Rouco, no hay clérigos comprometidos para ese cambio».

«No hay mimbres suficientes para hacer una nueva cesta», insiste el padre Gamo sobre un cambio en el poder de la Iglesia. En relación a la posibilidad de que él lidere ese vuelco en las estructuras de la Iglesia católica, Gamo considera que a sus 81 años de edad ya no es tarea suya.

El libro Mariano Gamo, testigo de un tiempo. Entre cristianismo y marxismo y viceversa, escrito por Juan Antonio Delgado de la Rosa, muestra cómo y cuál fue el papel de los sacerdotes obreros, tomando como referencia la vida de Mariano Gamo, encarnado con los vecinos y su modo de actuar, tal y como se resume en la contraportada de la obra.

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LOS LOBBIES TENDRÁN QUE CUMPLIR UNAS NORMAS

ONG, grupos farmacéuticos, asociaciones de automovilistas, organizaciones ecologistas, entidades que representan a las familias, a los jóvenes y a los mayores, empresas, asociaciones de jueces… Los integrantes de la sociedad civil tendrán que cumplir unas normas a la hora de relacionarse con la clase política, con obligaciones como inscribirse en un registro de lobbies o cumplir un código de conducta.

Así sucederá si prospera una propuesta del PP de regular la actividad de los lobbies en España con la finalidad de conseguir una mayor transparencia en los contactos entre la sociedad y los grupos políticos. La iniciativa de los populares, que se debatirá en el Congreso de los Diputados a partir de septiembre, podría introducirse en la Ley de Transparencia, que se tramitará en la Cámara Baja después del verano.

El diputado del PP y secretario cuarto de la Mesa del Congreso, Santiago Cervera, ha elaborado un informe sobre la actividad de estos grupos y ya ha contactado con representantes de otras fuerzas políticas para abordar esta cuestión antes de que comience su tramitación en el Congreso. No es la primera vez que se plantea esta cuestión, puesto el propio PP ya propuso en 1990 regular la actividad de los lobbies; en 1993, lo planteó CDS y en 2008 fue ERC-IU-ICV quien planteó esta regulación.

Cervera explica en su análisis que la actividad de los lobbies debería ser «facilitada por los poderes públicos», ya que estos grupos sociales son una de las «expresiones más genuinas y legítimas en la democracia participativa» actual, por lo que cree que deberían contar con los mismos cauces de participación que en otros países. De hecho, España es uno de los pocos países europeos sin una normativa al respecto, por lo que el texto del PP aboga por “considerar un modelo similar al del Parlamento Europeo”.

Desde 2008, la normativa europea al respecto obliga a todos los grupos de la sociedad civil que quieran acceder a la Eurocámara a que se inscriban en el registro de lobbies y que se sometan a un código de conducta que establezca las relaciones que mantengan con los diputados europeos, además de declarar los intereses que representan.

Además, en Europa se prohíbe a los eurodiputados que reciban regalos de más de 150 euros, se les obliga a revelar los ingreso extraordinarios que obtengan fuera de su actividad parlamentaria y fija unos límites a los ex eurodiputados que trabajen para los lobbies.

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SÍNTESIS DE ESTADO DEMOCRÁTICO Y SOCIEDAD CIVIL

Elías Díaz, Catedràtico de Filosofía del Derecho en la Universidad  Autónoma de Madrid afirma en la revista Temas “El mejor socialismo democrático podría ser resultado de la abierta y autocrítica síntesis de la socialdemocracia institucional y de las propuestas libertarias para la acción social: en definitiva como síntesis del Estado democrático y de la sociedad civil”.

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SOCIEDAD CIVIL FUERTE Y OPTIMISTA

Antonio Garrigues, Presidente del bufete Garrigues, en unas declaraciones a la prensa manifiesta que “Es ventajoso contar con una sociedad civil fuerte y optimista”.

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LA PRIMACÍA DE LA SOCIEDAD CIVIL

Autor del libro: Víctor Pérez Díaz
Editorial: Alianza Editorial, 1993
Víctor Pérez Díaz, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense, doctor en Sociología por la Universidad de Harvard y autor de numerosos libros, nos propone reflexiones que empujan a ir más allá de las palabras, a un despertar de la sociedad civil.
Pero antes de nada es preciso aclarar a qué se refiere Víctor Pérez Díaz cuando dice sociedad civil. Él habla de dos acepciones distintas, una restringida y la otra amplia. Acepción restringida: “ es decir, a instituciones sociales tales como los mercados y las asociaciones voluntarias, y a la esfera pública, que están fuera (de forma plena o mitigada) del control directo por parte del Estado”. En su acepción amplia define el entrelazamiento entre ese tejido de asociaciones, los mercados y el sistema político de una democracia liberal: tres sistemas institucionales que se fusionan y responden al principio unitario de un orden de libertad. En esta acepción el concepto sociedad civil cobra todo su sentido, puesto que la sociedad es “civil”, en tanto sus agentes son ciudadanos. El gobierno (o estado) es limitado, actúa bajo el imperio de la ley.
Según él “el franquismo acostumbró a la pasividad con respecto al hecho público y a la deferencia a los políticos de turno”. También dice que “nuestro problema es que las clases políticas de la democracia dan por sentada nuestra pasividad cívica en lo que respecta a resolver los problemas del país. Y si lo único que hacemos es votar, nuestra virtud cívica se atrofia y desaparece”.
Lo que esta obra trata de hacer es reflexionar sobre la urgencia de limitar la intervención del Estado. Llama a un despertar, no beligerante en ningún caso, a recuperar la voluntad y la confianza de la sociedad civil en sí misma; a un cambio en la relación entre el Estado y la sociedad civil ( a mayor Estado, menor sociedad civil y a menor Estado, mayor sociedad civil); a una profunda renegociación entre ambos. Pero sin nuestro despertar no hay renegociación posible, sólo puede llevarse a cabo si la sociedad desarrolla su capacidad para asumir la responsabilidad que le corresponde en los asuntos comunes. Esa es la vía.

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